Pero, queriendo justificarse, dijo a jesús: y ¿quién es mi prójimo?
Hace unos años estaba literalmente en esa situación, tratando de abrir una puerta cuando parecía que nada me salía bien, y en esos segundos trágicos se me vino a la mente que no solo esa puerta de vidrio, con un cartel que mis ojos veían pero mi cerebro no decodificaba, me frenaban en la vida.